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Pues chavos, se fue doña María Felix, la mas grande de las actrices mexicanas, aunque en lo particular se me hacía una figura muy inflada, y respetada mas de lo merecido, pero bueno, esta es la crónica.

De los ojos de María Félix se podía ver la mejor parte de la historia del cine mexicano, cuando en su famosa era de oro la industria de la pantalla grande era la tercera más importante de la nación, en plena economía entre 1940-1954.

Con su muerte repentina, “La Doña” pasa directamente al panteón de los inmortales y sus ojos que fotografiara Gabriel Figueroa se tornaron icono instantáneo para quienes gustan de hablar de diosas del celuloide que también transitaron cines aztecas.

La opinión es general: ha muerto la última diva del cine mexicano.

“Ha muerto el último mito de nuestro cine. Aunque aún están con nosotros Lilia Prado y Katy Jurado, con María Félix se fue la última diva en todo el sentido de la palabra. Lo mismo era arrogante, que agresiva que come hombres, complicándose el diferenciar entre la mujer real y la de sus personajes”, señala el crítico de cine de Reforma Rafael Aviña.

Maximiliano Maza, académico y responsable del sitio de Internet Estrellas del Cine Mexicano del ITESM Campus Monterrey también coincide: “Sé que suena a cliché, pero se fue el último icono de la cinematografía mexicana, una imagen fílmica que va a perdurar en toda la historia de nuestro cine”.

Mientras en Doña Bárbara (1943), Doña Diabla (1949), Juana Gallo (1960) y La Bandida (1962) entre otras, la Felix se mostraba con carácter duro y difícil de roer por los hombres, en cintas como Río Escondido y Maclovia la actriz nacida en Sonora México se mostró hasta vulnerable y tierna.

“Ya lo decía Paco Ignacio Taibo I sobre “La Doña”, que el personaje público, fílmico y privado se confundían. Sobre todo a partir de Doña Bárbara, donde la aparición de la actriz en el panorama del cine mexicano fue tan impactante que los guionistas y directores terminaron por escribirle historias de acuerdo a su personalidad”, explica Maza, “su imagen era tan poderosa que se comía a la misma cámara”.

“Fue una buena actriz en el momento en que supo apropiarse de un personaje del cual se le encasilló. Aunque ya sabíamos lo que iba a hacer en sus películas, supo percatarse de esa adoración de la cámara para con ella y además ser parte de un cine que rebasó las fronteras.

Aunque Cantinflas y Tin Tan fueron reconocidos en el mundo entero, fue María Félix con su personalidad tan atrayente quien trascendió, incluso mucho antes que Pedro Infante”, explica Aviña.

El aplauso es para “La Doña”, por saber reclamar papeles con carácter que no solo hablaran de mujeres con ideales a la par del hombre, sino que a la vez le dieran tiempo en pantalla lo suficiente para gestar su propio icono.

“María Félix es nuestra Elizabeth Taylor, pero sin tantos matrimonios (4). Nuestra Greta Garbo, por misteriosa y alejada –aunque la mexicana también defendía al pueblo-. Nuestra Bette Davis por su carácter fuerte y de come hombres, además de ser magnética como la Monroe”, describe Maza.