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Ambos goles fueron conseguidos por Ronaldo Nazario de Lima al minuto 67 y al 78 y con eso se convirtió en el líder de goleo con 8 tantos a lo largo del torneo y empató la marca de Pelé llegando a 12 anotaciones en Mundiales.

Brasil es la única selección en ganar una justa en tres continentes distintos. Los brasileños llegaron a su triunfo número 60 en 17 participaciones y 87 juegos jugados.

También ganaron su quinta final de siete jugadas y es la segunda en menos de una década.

Este pentacampeonato, lo logran con marca perfecta sin perder un solo juego igual que los cuatro anteriores.

Con respecto a los brasileños, Cafú es el único jugador que ha tenido la oportunidad de jugar tres finales y tiene el récord de haber ganado dos y perdido una.

Por otra parte los alemanes concluyeron su séptima final de las cuales han perdido cuatro y ganado tres.

La ceremonia de entrega del trofeo por segunda vez fue presidida por el suizo Joseph Blatter, presidente de FIFA, quien extrañamente entregó la Copa junto con Pelé y no lo hizo las máximas envestiduras de los países cedes.

El árbitro del partido fue Pierluigi Collina quien llevó un trabajo excepcional a la altura de esta final histórica.

Crónica

Los amazónicos impusieron un ritmo amenazante en los primeros cinco minutos mismo que los teutones se encargaron de ir apagando hasta tomar control de las acciones e imponer su velocidad con base al toque rápido y mejor organización de los espacios.

Para los alemanes, la primera jugada colectiva que comenzó en los pies de Neuville quien con un toque desequilibró a la defensa brasileña y permitió el arribo con posibilidad de peligro. Con velocidad, Frings y Schneider tocaron por banda izquierda y al centro de este último, Marcos y Lucio con algunos problemas pudieron mandar el balón a tiro de esquina cuando ya Klose estaba listo para rematar.

En ese momento, Alemania dominaba gracias a la velocidad empleada en todas sus líneas, podían recuperar la pelota en sector contrario haciendo sentir su determinación para crear peligro. Por su parte, Brasil pasaba por lapsos de inestabilidad evidente, no tenía salida ni conjunción.

La instrucción para los teutones era clara, recuperar con rapidez para atacar y concentración absoluta para no dar ningún espacio a los amazónicos que en cualquier momento podían hacer una de las suyas.

Justamente al minuto 18, vino un momento desordenado de los europeos y en tres cuartos de cancha, Ronaldinho tocó el balón al espacio para Ronaldo quien quedó frente a Kahn quien le achicó a la perfección y este vació su disparo por un costado cuando parecía el primer gol del partido.

La clave para que Brasil atacara, era la posibilidad de superar la línea media alemana para después infringir en un espacio pequeño pero aprovechable por la habilidad de Rivaldo, Ronaldinho y de Ronaldo quien ya se le había visto saltar a esa zona para hacer jugada de peligro o arrancar desde ahí para ser desequilibrante.

A los tetracampeones les costaba trabajo utilizar las bandas como armas que en otros partidos habían utilizado para abrir la cancha y tener mayor dinámica, sólo una individualidad podía sacar el barco de la difícil oleada creada por Alemania.

Nuevamente la pareja Ronaldinho y Ronaldo apareció para que el atacante del Inter de Milán pudiera tocar por encima de Oliver Kahn quien salió para robarle el esférico ante una clara falta de decisión para concretar del brasileño, era el minuto 29.

El partido se tornó equilibrado pasando el minuto 33 aunque Brasil ya se veía con mayor disposición y posesión, en algo, provocado por las imprecisiones de los alemanes que acusaron de fallas técnicas al ir al frente.

En la recta final del primer tiempo al minuto 41, nuevamente vino la desconcentración teutona para abrir un espacio por el centro donde apareció Kleberson quien desde fuera del área disparó cruzado y el balón fue a parar a los letreros publicitarios, sin embargo esto alertaba algunas deficiencias de la zaga europea. Después al 44, el mismo Kleberson se encargaría de confirmarlo con otra oportunidad que estremeció el larguero de la portería teutona, el brasileño mandó el obús que hizo sacar el alarido de medio mundo. Un minuto después, llegó un centro de Roberto Carlos raso y con potencia que Ronaldo encontraría dentro del área para rematar y Oliver Kahn extendió las piernas para evitar la caída de su marco, con esa acción y a tope, ambos cuadros se fueron al descanso.

Hasta entonces, las más claras las había tenido Brasil aunque hubo lapsos que también controló Alemania y creó peligro.

Para el segundo tiempo no existieron modificaciones por ambos cuadros y junto con el inicio apareció la lluvia y la gran oportunidad para Jeremies quien en el primer minuto remató un tiro de esquina por la izquierda y Edmilson alcanzó a tapar, le faltó dirección a ese cabezazo que pudo hacerse con la contemplación de la zaga “verde-amarelha”.

La intensidad creció cuando Neuville cobró un tiro libre desde cinco metros fuera del área y de no ser por la estirada de Marcos que obligó que el balón pegara en el palo, los alemanes se hubieran puesto adelante.

Transcurrieron los minutos y los espacios fueron mejor aprovechados por Alemania que sin poder llegar hasta el área si tuvieron la necesidad de buscar los disparos de media distancia para ir creciendo en estadística.

Felipao, el técnico brasileño pedía a sus jugadores que se hicieran a la brevedad de balón para atacar y hasta ese momento, Cafú quien no se había podido incorporar por banda derecha, lo hizo pero con poca efectividad, sin embargo ya era una esperanza para Brasil poder tener profundidad.

La tensión se rompió cuando Edmilson a quien le habían rasgado la playera fue a la banca por otra y cambiarla y se la ponía alreves lo que causó las risas de algunos jugadores y espectadores, finalmente Collina el árbitro le apresuró y con buen sentido del humor reanudó el encuentro.

Eso y la lesión posterior de Jeremies en un encontronazo con Cafú, sacó de ritmo a los alemanes quienes habían tenido mayor llegada sobre los rivales. Se vio más plasmado cuando al minuto 67, se abrió el espacio por el centro y Rivaldo disparó ante la tolerancia de los teutones, el balón salió como una verdadera bala que fue a las manos de Kahn quien no se pudo quedar con ella y Ronaldo estuvo atento para marcar su séptimo gol del torneo y hacer explotar el grito de los seguidores.

El error del arquero alemán lo hizo pasar de héroe a villano, mientras que Ronaldo rompía con la marca de los seis goles un torneo, situación que no se daba desde 1974 cuando Lato hizo esa cantidad de goles y se convirtió en el campeón rompe redes de aquel torneo.

Alemania se desubicó completamente, ni los cambios, ni su potencial, pudieron detener la inercia de la máquina brasileña que en el minuto 78 concretó el pentacampeonato con una gran jugada que dio el cerrojo a la final. Keblerson tocó desde la derecha para Rivaldo este deja pasar el balón entre sus piernas y le llega a Ronaldo quien dispara al costado izquierdo de Oliver Kahn quien nada pudo hacer.

Los teutones algo pudieron hacer, de inmediato respondieron con una jugada de Neuville pero de ahí pasaron al desánimo que los embargó hasta que el central italiano Gianluigi Collina pitó el final del partido.

El colegiado realizó una excelente labor al amonestar a dos jugadores por bando Klose y Roque Junior, quizá por ahí perdonó una amarilla para Cafú por una fuerte entrada sobre Jeremies pero después no hubo mayores situaciones comprometidas.

Igual que los jugadores pasó a recibir su medalla como ilustre participante de la final de la Copa.

El partido en algo limpia una Copa del Mundo extraña pero ganada a pulso por los amazónicos que demuestran que nacieron para eso, para jugar futbol y con eso alegrar las almas de su pueblo y del mundo entero que disfruta su magia que cada vez convence por ser como una obligación de su tierra, sin más palabras son los mejores del Mundo. Goles: 0-1.Minuto 67. Rivaldo dispara con potencia desde fuera del área, el balón le rebota a Oliver Kahn y Ronaldo estuvo atento para marcar ante el marco desguarnecido. 0-2.Minuto 78. Keblerson toca al centro para Rivaldo quien deja pasar el balón entre sus piernas, Ronaldo recibe y dispara con potencia a un costado de Kahn quien nada pudo hacer. La celebración El campo del estadio de Yokohama se vistió de fiesta, un templete instalado en el centro de la cancha fue el escenario que permitió ver a leyendas del futbol fusionarse en abrazos con los jugadores que lo serán en el futuro. Ante las cámaras y los flashes de cientos de reporteros gráficos, por un momento, en el olvido quedó lo deteriorado de la imagen de Joseph Blatter quien presidió la ceremonia final.

Primero entregaron medallas a los cuatro árbitros, Pierluigi Collina (ITA), árbitro asistente (1): Leif Lindberg (SWE), árbitro asistente (2): Philip Sharp (GBR), cuarto árbitro: Hugh Dallas (SCO).

Posteriormente pasaron los alemanes para recibir las medallas de segundo lugar, al mismo tiempo, el plantel entero de los brasileños estaba disperso alrededor de la cancha abrazándose entre ellos y agradeciendo al público.

Bajaron los alemanes y con las manos entre lazadas fueron detrás de una portería para juntos agradecer a sus seguidores que se dieron cita en el estadio japonés.

Posteriormente vino el momento cumbre, dos figuras mundiales fueron entregando las medallas una a una de manera intermitente, tan simbólico como lo histórico del duelo, al principio inédito. Pelé entregaba una y Franz Beckenbauer entregaba otra, así hasta los últimos que fueron los integrantes del cuerpo técnico de Luiz Felipe Scolari.

Después llegó lo esperado, con espontaneidad Blatter pidió a Cafú que subiera en el podio que albergó el trofeo durante todo el partido, el suizo quitó la Copa y permitió que el capitán diera el salto. Posteriormente unidos para entregar el ansiado galardón, Pelé, Nicolás Leoz (vicepresidente de FIFA y máximo representante de la Conmebol), y Blatter entregaron el trofeo.

Fue extraño no ver a los máximos dirigentes de los países sedes haciendo la respectiva entrega como anteriormente lo había hecho Jaques Chirac en Francia 1998, Bill Clinton en 1994, etc. como parte del protocolo que normalmente se realizaba en el cierre del torneo.

El plantel completo fue el representante de todo el pueblo brasileño para dar la vuelta “olímpica” en el estadio de Yokohama, era conmovedor y al tiempo histórico ver como Rivaldo tomaba la Copa derramando lágrimas de profunda alegría y agradecimiento, lo mismo Roberto Carlos y Ronaldo quienes no tuvieron ese gusto hace cuatro años cuando perdieron con Francia.

Finalmente fueron desapareciendo en la puerta de vestidores para continuar el festejo.