Cuando la explosión del grunge iniciaba un lento periodo de extinción, pero aún permanecía como el mainstream del rock norteamericano, un cuarteto de músicos comandado por Maynard James Keenan (hoy en día considerado uno de los mejores compositores de rock), lanzó su álbum debut Undertow (1993), que tras la exitosa participación del grupo en la tercera edición de la gira-festival Lollapalooza se convirtió en uno de los álbumes más vendidos del año y marcó el principio de una nueva era para el rock pesado a escala mundial; se trataba de Tool, una banda formada dos años antes, en abril de 1991.
En 1996, el grupo lanzó su segunda producción discográfica, Aenima, que además de tener casi tanto éxito como el debut, mostraba una propuesta más pulida y se convertiría en uno de los mejores álbumes de la década en su rubro. Después de ello, Tool dejó a sus seguidores sin nada nuevo, hasta que finalmente este año, cuando la banda estaba a punto de ser catalogada como un viejo recuerdo de los noventa, apareció Lateralus, el tercer álbum del cuarteto norteamericano, que muestra una mayor madurez en su sonido.
Lateralus hace un recorrido cíclico a través de una serie de sentimientos sobre el mundo y la vida, tanto en el aspecto musical
–con una constante entre fuerza y tranquilidad– como en el trasfondo de la lírica, que básicamente hace una crítica a los sentimientos negativos, por un lado, y por otro, con un tono semi-existencial, alberga esperanzas para la vida. La primera pista del álbum, "The Grudge", comienza con la fuerza característica de Tool, principalmente en el bajo, progresando lentamente hacia una explosión sonora que acompaña la lírica, para regresar nuevamente a un ritmo fuerte, pero sin la estridencia de la explosión. Con esta pieza Tool da los primeros indicios del carácter cíclico que tendrá el álbum. Pero esto último se hace evidente cuando, tras una breve pista intermedia, da inicio "The Patient", cuyo ritmo más pausado marca un cambio con relación a la primera pista; la letra de la canción, por otro lado, toma un matiz muy distinto, siendo una introspección del ser humano ante el mundo. Después de un breve "Mantra", comienza "Schism", una interesante reflexión sobre las relaciones entre los individuos, con una propuesta musical interesante e innovadora dentro del metal-progresivo de Tool, añadiéndole algunos aspectos más comerciales a su melodía, sin empobrecerla.