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Con Marina a su lado, Cortés se sentía seguro, protegido y poderoso. La historia refleja que este hombre más que amarla la usó para sus propios beneficios. En cambio, ella lo amó apasionadamente y ése fue su peor error. Cortés se había empeñado en conquistar el territorio de Moctezuma en México y Marina fue una pieza clave en ese sentido. A propósito de esto, hay una canción “La maldición de Malinche (ver recuadro) que cuenta “parcialmente” la historia de esta mujer que para algunos escritores como Octavio Paz fue una traidora.

Pero para otros, como para la feminista Carmen Tafolla, la Malinche fue una mujer poderosa, con un enorme talento para hablar varias lenguas y aunque tuvo un papel muy importante en la conquista española, no se le puede adjudicar a ella toda la responsabilidad de haber derrotado a la civilización azteca. Además, según datos aportados por la perspectiva femenina, la Malinche no sólo trabajó como intérprete de los españoles sino que como estaba al tanto de todo lo que sucedía, muchas veces informó clandestinamente a su gente, y así ayudó a evitar muchas muertes y asesinatos.

En el año 1522, apareció de repente en México, Catalina Juárez, esposa de Cortés, en el momento en que doña Marina estaba dando a luz a Martín, el primer hijo varón de Hernán. Esto enfureció a Catalina que hasta entonces no había podido ser madre y, curiosamente, una noche la encontraron muerta en brazos de su esposo. ¿Muerte natural o asesinato?

La verdad nunca se supo y hasta se llegó a decir que había sido el propio marido el que la había estrangulado ya que las peleas entre ambos eran muy frecuentes y a Cortés se le notaba que esta mujer lo exasperaba.

Al quedar viudo, el emperador Carlos V le concedió a Cortés el titulo de gobernador de la Nueva España y fue para él su mejor momento. Lo tenía todo: poder, riqueza, fama, una mujer hermosa y un hijo…

Claro que los buenos momentos no duran mucho y en 1524, el conquistador decidió emprender un viaje hacia Honduras ya que un capitán se había sublevado y él quiso

encabezar la expedición acompañado por doña Marina. Apenas iniciado el viaje, una noche en la que Cortés estaba muy borracho, decidió casar a su compañera con un capitán de su confianza y ella, como siempre lo había hecho, aceptó sin ninguna queja el destino que otra vez le había sido impuesto. A partir de allí, las cosas cambiaron definitivamente para Cortés. Nada le salió bien. Se perdieron en la selva, se enfermó muy grave y como lo creyeron muerto, le robaron gran parte de sus bienes hasta que finalmente, regresó a España donde murió a la edad de 62 años. Marina en cambio, murió enseguida, enferma de viruela o de tristeza. Tenía apenas 23 años…

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